Carta abierta al Presidente del Gobierno

Esta carta fue escrita el sábado 10 de marzo, por la tarde, mientras un conocido con cierta genialidad en su pluma llamado Jesus Lens veía en la web cómo se desarrollaban los acontecimientos en Madrid. Gracias por adelantado por permitirme postearte.






Sr. Presidente:
Son muchos aunque, por supuesto, no se acercan a los dos millones y medio que dicen los voceros del PP. Son muchos los que le están pidiendo, por cojones, que convoque elecciones. Y, quizá, usted esté tentado de hacerlo porque, aunque son muchos los que estos días salen a las calles, usted sabe que somos muchos más los que estamos sentados en casa, o paseando tranquilamente por la calle, preparándonos a ver el Barca-Madrid.

Señor Presidente, mientras los talibanes del PP auguran el fin del mundo y la venida de las siete plagas de Egipto por su culpa; millones y millones de españoles estamos, hoy sábado, muy relajados, sin sentir ese apocalipsis que intentan vendernos un grupo de políticos que no han sabido digerir la derrota de hace tres años y que, desde entonces, están inmersos en una campaña de acoso de y derribo del gobierno que resulta absolutamente nociva, lamentable y perniciosa.

Señor Presidente, usted sabe que Rajoy va a pasar a la historia como el peor dirigente que el PP jamás tuvo. Porque, siendo de temperamento moderado, se ha dejado llevar a un marco de confrontación permanente por los elementos situados en la derecha más extrema de su partido, jaleados por unas ondas más marcianas que herzianas y por la tinta negra de uno de los mejores periódicos de ficción que jamás han existido.

Por todo ello, señor Presidente, olvídese de las elecciones de los cojones que le piden los corifeos de la derecha extrema y agote su legislatura. Seguimos siendo muchos los millones de españoles que nos enorgullecimos de usted cuando sacó a nuestras tropas de Irak (y que ahora tenga Rajoy el valor de mentar Afganistán...), que nos congratulamos por las parejas homosexuales o que respiramos mejor en las oficinas sin humo; que creemos en una Educación para la Ciudadanía o que nos felicitamos por el crecimiento económico de este nuestro país y creemos en su Ley de Dependencia.

Por supuesto, señor Presidente, hay cosas de estos tres años de mandato que, a unos y a otros, no nos han terminado de gustar. Pero eso es la democracia. Al menos, eso es lo que a mí me enseñaron que era la democracia: el respeto por las instituciones, la separación de poderes, aceptar las decisiones de la mayoría que no humillan o vejan a las minorías, el debate y el diálogo constructivo, la aceptación de los resultados electorales, el comportamiento responsable del partido de la oposición en los grandes temas de Estado, etc.

Señor Presidente, somos muchos millones los españoles que nos ha dado entre asco y repelús la reaparición del yugo y las flechas, los loden y los bigotitos, sosteniendo las mismas pancartas y vociferando las mismas consignas que los Rajoy, Arenas, Zaplana y Acebes. Pero no tenemos miedo. Hoy ha sido un día como otro cualquiera para nosotros.

En Barcelona las Ramblas rebullían de turistas ensimismados contemplando los numerosos mimos mientras que alguna que un abuelete romántico obsequiaba con una rosa a su amada. La plaza Catalunya, el parque Güell y la villa Olímpica rebosaba de gente que poco a poco iba desapareciendo en el interior de los bares. Sí, empezaba el Barca-Madrid.

VBV en colaboración de Jesús Lens Espinosa de los Monteros